martes, 29 de octubre de 2013
jueves, 3 de octubre de 2013
Experiencias migratorias
LA MEMORIA
EXPERIENCIAS
MIGRATORIAS
Escribe Stella Maris Gil
Pasos de inmigrantes por toda la
región y en todos los tiempos. Vienen, se establecen definitivamente, otros se
van.
En la década del 60´Tres Arroyos
tenía en construcción las obras sanitarias, las cloacas, las aguas corrientes.
Había necesidad de mano de obra. Buen momento
para que una oleada de inmigrantes, en especial, chilenos pudieran encontrar
trabajo en esta región.
Este fenómeno hace recordar la
llegada en el siglo XX, en sus primeras décadas, de inmigrantes europeos y
asiáticos que también trabajaron de sol a sol en los requerimientos de aquella
creciente aldea. El contexto era diferente pero el dolor del desarraigo debe
haber sido el mismo . Acá se afincaron y
tuvieron sus hijos. Al igual también que los nuevos migrantes en especial
latinoamericanos . José S. llegado a Tres Arroyos en 1959 como parte del grupo
familiar dice que “deben quedar 180/200 compatriotas. A principios del milenio
hicimos un censo de chilenos ordenado por el gobierno de Chile con todos los
reglamentos y hubo que mandar todo el material a Bahìa. Han fallecido muchos”.
La extranjería es un fenómeno
mundial y constante que también nos atañe. En el Listado Provisorio de
Electores del partido de Tres Arroyos hay registrados 397 extranjeros
inscriptos al 27 de junio de 2013 muchos del origen citado.
Fuera del Padrón hay toda una
población que no está incluida por no haber realizado los trámites de
ciudadanía. Muchos de ellos poseen el certificado de “Estadía permanente”, lo
que define estadía definitiva.
Los sudamericanos
La Nación argentina
les dio cobijo. Los motivos principales de su migración fueron los económicos,
sin lugar a dudas. En menor medida
razones familiares. En general provenían de países en crisis, de épocas
de dictadores en su mayoría y de acuerdo a las épocas.
Dejaron atrás las revueltas militares que permitieron a un
Hugo Banzer enseñorearse en el poder. Dice un boliviano: “los militares hacían
lo que querían, con atropellos”. En Chile estuvo un Pinochet desangrando al
pueblo y dice un chileno: “la gente emigraba por necesidad…vino un ajuste
tremendo después de la muerte del presidente Allende”. Los paraguayos
expulsaron también a sus gentes en época del dictador Stroessner.
Los bolivianos y chilenos son los más numerosos.
Josefina llegó a los 23 años desde Bolivia. Tuvo que irse
por serios motivos familiares. Sola, con sus tres pequeño hijos tomò un colectivo en la ruta, llegó a
Santa Cruz de la Sierra. Y de allí rumbeó para San Pablo donde la esperaba su
hermano. Cinco días de cambios de tren, de esperas.
En Brasil el idioma portugués le hizo sentir más el
desarraigo por lo que recurrió a otro de sus hermanos residente en Tres
Arroyos. Y para allá fue, nuevamente, con sus tres criaturas, creyendo que
Buenos Aires era la ciudad capital pero resulto ser una provincia de la cual
había que atravesar todavía 500 km más para llegar a destino. Una ciudad en
crecimiento. Vivió primero en las quintas hasta que se instaló en la parte
urbana y empezó a trabajar como modista en dos negocios que la tomaron como
empleada.
Muchas lágrimas derramó en los primeros tiempos, de extrañeza,
de soledad. Tuvo que internar los niños en “El hogar El amanecer” del Ejército
de Salvación. Los dejaba muy temprano y al atardecer los buscaba. “Se sentía
rara”
Pasó el tiempo y el sacrificio tuvo su devolución. Varios de
su familia se vinieron tras ella, incluso su madre cuando enviudó, pero dada su
avanzada edad sufrió mucho la lejanía.
Jocefina nació en el Departamento de Cochabamba, en la
ciudad de Quillacollo a 14 km de Cochabamba “en el corazón de Sudamérica, en el
centro. Es un valle que tiene un clima de verano todo el año”. Zona de
producción de zanahorias, cebollas todo es verdura fresca para comercializar.
Hace 30 años que vino “en busca de protección”. Se aclimató
pero la matriz patria está latente por ejemplo en ciertas comidas típicas que todavía
elabora con chuño o “esos maíces grandes”, la fuerte picada, o el pollo picante.
La lengua quechua pervive en algunos de los lugares que cita.
Josefina trabaja de modista en su casa y está integrada a la
vida argentina. Muchos de sus compatriotas se radicaron en
estas zonas atraídos por la riqueza de la tierra y se dedican a trabajar en las
quintas; generalmente son los tarijeños,
o sea los llegados de Tarija que ingresan al país por el Norte argentino por
Aguas Blancas. Venían en colectivos contratados como empleados. Otros eran
reclutados en la frontera y de ahí
transportados en camiones para trabajar en las quintas en un extenso
horario corrido. Según cuentan, sus
patrones no eran muy generosos, solo le daban franco los mediodías de los
domingos y luego a cargar camiones o
trabajar la tierra con pocos intervalos. Fueron
cambiando de patrón buscando mejores formas de trabajo hasta que
pudieron alquilar terrenos y en otra etapa comprar una propiedad para tener su
propio emprendimiento y mejorar su situación económica. Algunos lo lograron.
Dejaron todo, extrañaron pero era una lucha por la
supervivencia
Llegaron en la época
del “un peso-un dólar” en los años 90´.
“…Para todos los
hombres del mundo que quieran habitar el suelo argentino…”
La tierra natal no se olvida, el presente está en tierras
argentinas y en este caso en el SE bonaerense.
Por eso me pregunté ¿por qué no se los ve participar como otras
colectividades en las fiestas que se realizan al efecto?.
Dice Jocefina: “Para armar una colectividad tenés que
tener una Sede y para tenerla tenés que alquilar. Si hay que hacer trámites
para alguien necesitás tiempo y dinero. La gente no lo ve, no lo valora. Hubo
intentos”.
Los chilenos llevaron sus banderas a los actos organizados
por las colectividades locales en los años 90 y principios del milenio. Luego
se diluyó. José Alfredo Saihueque actuó como presidente durante dos períodos en
la comisión de la colectividad chilena, en la década del 90´ documenta: “Cuando
yo estuve logramos que el municipio de Tres Arroyos nos donara un terreno en la
calle Charcas y Cerrito y logré un subsidio del gobierno de Chile para
construir la sede …participábamos…trabajábamos todo el año para nuestra fiesta
nacional el 18 de setiembre”. “Se hizo un censo para saber cuántos éramos” a
pedido del cónsul chileno.
Protagonistas de las experiencias migratorias en la región
incluyen a peruanos, uruguayos. También
a asiáticos, algunos de ellos protagonistas de conflictos mundiales como en
Vietnam.
Estar aquí significó para muchos mejorar su estándar de vida
a pesar de las contingencias.
Varios de los inmigrantes entrevistados aseguran no
haber sentido discriminación aunque a
veces el color de la piel o rasgos faciales de algunos de ellos generan
distancias
Dice Saihueque: “En Tres Arroyos nos recibieron bien. Aunque
había un cierto recelo un grupo èramos de la Araucaria teníamos los rasgos
mapuches…a los chilenos del centro de Chile los aceptaban un poco más, pero
igual…”.
Tal vez, cuando sintamos profundamente que todos somos
latinoamericanos el tema del color de la piel y de los estigmas de la pobreza
cambien la mirada de los que también son nietos y bisnietos de otros
inmigrantes de allende los mares que hoy circulan por las mismas calles de la
región compartiendo veredas, trabajos, escuelas. Al fin de cuentas, todos somos
humanos.
IMÁGENES
1)
Las costumbres del pago no se olvidan. Las danzas
de Bolivia quedan en el recuerdo
2)
En Oberá (Misiones) todos los septiembre se
festeja la Fiesta Nacional del Inmigrante. La colectividad paraguaya tiene su
propia casa en el Parque de las Américas.
3)
El Cristo de la Concordia a la salida de
Cochabamba. En la oscuridad de la noche parece que estuviera volando.
4)
La frontera, de ahí en más inician su camino
argentino.
5)
La patria dejada. Bolivia-Cochabamba y su
Coliseo de la Coronilla.
6)
Los chilenos comparten los homenajes al
Libertador San Martín en la plaza central de Tres Arroyos.
7)
Los Amigos de Chile en Tres Arroyos comparten el
amor a su tierra natal.
8)
Visita del Cónsul de Chile en Bahìa Blanca
reunidos con chilenos y descendientes de ellos
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