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jueves, 3 de octubre de 2013

Experiencias migratorias


LA MEMORIA
                                           EXPERIENCIAS MIGRATORIAS
                                                 Escribe Stella Maris Gil
Pasos de inmigrantes por toda la región y en todos los tiempos. Vienen, se establecen definitivamente, otros se van.
En la década del 60´Tres Arroyos tenía en construcción las obras sanitarias, las cloacas, las aguas corrientes.
 Había necesidad de mano de obra. Buen momento para que una oleada de inmigrantes, en especial, chilenos pudieran encontrar trabajo en esta región.
Este fenómeno hace recordar la llegada en el siglo XX, en sus primeras décadas, de inmigrantes europeos y asiáticos que también trabajaron de sol a sol en los requerimientos de aquella creciente aldea. El contexto era diferente pero el dolor del desarraigo debe haber sido el mismo .  Acá se afincaron y tuvieron sus hijos. Al igual también que los nuevos migrantes en especial latinoamericanos . José S. llegado a Tres Arroyos en 1959 como parte del grupo familiar dice que “deben quedar 180/200 compatriotas. A principios del milenio hicimos un censo de chilenos ordenado por el gobierno de Chile con todos los reglamentos y hubo que mandar todo el material a Bahìa. Han fallecido muchos”.
La extranjería es un fenómeno mundial y constante que también nos atañe. En el Listado Provisorio de Electores del partido de Tres Arroyos hay registrados 397 extranjeros inscriptos al 27 de junio de 2013 muchos del origen citado.
Fuera del Padrón hay toda una población que no está incluida por no haber realizado los trámites de ciudadanía. Muchos de ellos poseen el certificado de “Estadía permanente”, lo que define estadía definitiva.
Los sudamericanos
 La Nación argentina les dio cobijo. Los motivos principales de su migración fueron los económicos, sin lugar a dudas. En menor medida  razones familiares. En general provenían de países en crisis, de épocas de dictadores en su mayoría y de acuerdo a las épocas.
Dejaron atrás las revueltas militares que permitieron a un Hugo Banzer enseñorearse en el poder. Dice un boliviano: “los militares hacían lo que querían, con atropellos”. En Chile estuvo un Pinochet desangrando al pueblo y dice un chileno: “la gente emigraba por necesidad…vino un ajuste tremendo después de la muerte del presidente Allende”. Los paraguayos expulsaron también a sus gentes en época del dictador Stroessner.
Los bolivianos y chilenos son los más numerosos.
Josefina llegó a los 23 años desde Bolivia. Tuvo que irse por serios motivos familiares. Sola, con sus tres pequeño  hijos tomò un colectivo en la ruta, llegó a Santa Cruz de la Sierra. Y de allí rumbeó para San Pablo donde la esperaba su hermano. Cinco días de cambios de tren, de esperas.  
En Brasil el idioma portugués le hizo sentir más el desarraigo por lo que recurrió a otro de sus hermanos residente en Tres Arroyos. Y para allá fue, nuevamente, con sus tres criaturas, creyendo que Buenos Aires era la ciudad capital pero resulto ser una provincia de la cual había que atravesar todavía 500 km más para llegar a destino. Una ciudad en crecimiento. Vivió primero en las quintas hasta que se instaló en la parte urbana y empezó a trabajar como modista en dos negocios que la tomaron como empleada.
Muchas lágrimas  derramó en los primeros tiempos, de extrañeza, de soledad. Tuvo que internar los niños en “El hogar El amanecer” del Ejército de Salvación. Los dejaba muy temprano y al atardecer los buscaba. “Se sentía rara”
Pasó el tiempo y el sacrificio tuvo su devolución. Varios de su familia se vinieron tras ella, incluso su madre cuando enviudó, pero dada su avanzada edad sufrió mucho la lejanía.
Jocefina nació en el Departamento de Cochabamba, en la ciudad de Quillacollo a 14 km de Cochabamba “en el corazón de Sudamérica, en el centro. Es un valle que tiene un clima de verano todo el año”. Zona de producción de zanahorias, cebollas todo es verdura fresca para comercializar.
Hace 30 años que vino “en busca de protección”. Se aclimató pero la matriz patria está latente por ejemplo en ciertas comidas típicas que todavía elabora con chuño o “esos maíces grandes”, la fuerte picada, o el pollo picante. La lengua quechua pervive en algunos de los lugares que cita.
Josefina trabaja de modista en su casa y está integrada a la vida argentina.                                                                                                          Muchos de sus compatriotas se radicaron en estas zonas atraídos por la riqueza de la tierra y se dedican a trabajar en las quintas;  generalmente son los tarijeños, o sea los llegados de Tarija que ingresan al país por el Norte argentino por Aguas Blancas. Venían en colectivos contratados como empleados. Otros eran reclutados en la frontera y de ahí  transportados en camiones para trabajar en las quintas en un extenso horario corrido.  Según cuentan, sus patrones no eran muy generosos, solo le daban franco los mediodías de los domingos  y luego a cargar camiones o trabajar la tierra con pocos intervalos. Fueron  cambiando de patrón buscando mejores formas de trabajo hasta que pudieron alquilar terrenos y en otra etapa comprar una propiedad para tener su propio emprendimiento y mejorar su situación económica. Algunos lo lograron.
Dejaron todo, extrañaron pero era una lucha por la supervivencia
 Llegaron en la época del “un peso-un dólar” en los años 90´.
“…Para todos los hombres del mundo que quieran habitar el suelo argentino…”
La tierra natal no se olvida, el presente está en tierras argentinas y en este caso en el SE bonaerense.
Por eso me pregunté ¿por qué no se los ve participar como otras colectividades en las fiestas que se realizan al efecto?.
Dice Jocefina: “Para armar una colectividad tenés que tener una Sede y para tenerla tenés que alquilar. Si hay que hacer trámites para alguien necesitás tiempo y dinero. La gente no lo ve, no lo valora. Hubo intentos”.
Los chilenos llevaron sus banderas a los actos organizados por las colectividades locales en los años 90 y principios del milenio. Luego se diluyó. José Alfredo Saihueque actuó como presidente durante dos períodos en la comisión de la colectividad chilena, en la década del 90´ documenta: “Cuando yo estuve logramos que el municipio de Tres Arroyos nos donara un terreno en la calle Charcas y Cerrito y logré un subsidio del gobierno de Chile para construir la sede …participábamos…trabajábamos todo el año para nuestra fiesta nacional el 18 de setiembre”. “Se hizo un censo para saber cuántos éramos” a pedido del cónsul chileno.
Protagonistas de las experiencias migratorias en la región incluyen a  peruanos, uruguayos. También a asiáticos, algunos de ellos protagonistas de conflictos mundiales como en Vietnam.
Estar aquí significó para muchos mejorar su estándar de vida a pesar de las contingencias.
Varios de los inmigrantes entrevistados aseguran no haber  sentido discriminación aunque a veces el color de la piel o rasgos faciales de algunos de ellos generan distancias
Dice Saihueque: “En Tres Arroyos nos recibieron bien. Aunque había un cierto recelo un grupo èramos de la Araucaria teníamos los rasgos mapuches…a los chilenos del centro de Chile los aceptaban un poco más, pero igual…”.
Tal vez, cuando sintamos profundamente que todos somos latinoamericanos el tema del color de la piel y de los estigmas de la pobreza cambien la mirada de los que también son nietos y bisnietos de otros inmigrantes de allende los mares que hoy circulan por las mismas calles de la región compartiendo veredas, trabajos, escuelas. Al fin de cuentas, todos somos humanos.

IMÁGENES
1)      Las costumbres del pago no se olvidan. Las danzas de Bolivia quedan en el recuerdo
2)      En Oberá (Misiones) todos los septiembre se festeja la Fiesta Nacional del Inmigrante. La colectividad paraguaya tiene su propia casa en el Parque de las Américas.
3)      El Cristo de la Concordia a la salida de Cochabamba. En la oscuridad de la noche parece que estuviera volando.
4)      La frontera, de ahí en más inician su camino argentino.
5)      La patria dejada. Bolivia-Cochabamba y su Coliseo de la Coronilla.
6)      Los chilenos comparten los homenajes al Libertador San Martín en la plaza central de Tres Arroyos.
7)      Los Amigos de Chile en Tres Arroyos comparten el amor a su tierra natal.
8)      Visita del Cónsul de Chile en Bahìa Blanca reunidos con chilenos y descendientes de ellos




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