La memoria
Cómo nos desplazamos los humanos?. ¿Somos nómades?. ¿Todos
hemos encontrado nuestro lugar en el mundo?. ¿Què obliga a los grupos a migrar
y dejar lo suyo?
En todos los tiempos los pueblos se movieron.
Tres Arroyos no es ajena a estos acontecimientos. En
diferentes momentos llegaron inmigrantes que respondían a múltiples
motivaciones.
Luego de la fundación de la ciudad el poblamiento del lugar
se completó. Datos extraídos del libro de Eiras y Pérez Vassolo indican que de
acuerdo al Censo Nacional de 1869: “En esta población predominaban los
argentinos que sumaban 511, siendo extranjeros 39 distribuidos en 16 españoles,
6 orientales, 6 franceses, 4 chilenos, 2 italianos, 2 paraguayos, 2 dinamarqueses
y 1 inglés…Los trabajos a que estaban dedicados estos habitantes eran: 21
hacendados, 12 capataces de estancias, 9 peones jornaleros, 8 comerciantes, 8
jornaleros, 7 cocineras, 7 costureras, 3 lavanderas, 1 planchadora y 1
agricultor.”
La llegada de extranjeros permitió completar el poblamiento
del lugar. Todos los años sus descendientes renuevan los recuerdos de las
costumbres de los pueblos de origen de sus antepasados, sostenidas a través del
tiempo a pesar de los entrecruzamientos que se producen. No es raro encontrar a
un García con bisabuela de los Países Bajos o un Graviotto con antepasados
sirio-libaneses.
¿Quién no tiene algo de sangre europea corriendo por sus
venas?. Sin negar la tenencia de algunas
gotas de sangre nativa o negra corriendo por ellas. Los inmigrantes
descendieron en Tres Arroyos desde los trenes o como conclusión de largas
caminatas por la llanura. Dejaron una herencia: la cultura del trabajo más allá
de las tristezas de la lejanía, de la precariedad de vida de los primeros tiempos.
Por eso en el imaginario popular quedo aquello de “la mentalidad de
inmigrantes”: rudos trabajos de lunes a lunes, juntar las monedas una sobre
otra pensando en el bienestar de sus hijos. Sin olvidar a los que quedaron
allende el Atlántico y enviarles la necesaria ayuda económica.
Similares características se dieron a lo largo del país.
Nosotros…los
argentinos
La América era el destino deseado. “Entre los años 1835 y
1914 emigraron 60 millones de europeos, de ellos más de 44 millones se
dirigieron a América. La población de este continente americano pasó, desde
mediados del siglo XIX hasta la Gran Guerra de 25 millones a más de 145
millones de personas. En comparación Australia y Nueva Zelandia recibieron 3
millones de personas”.
La República Argentina fue un país anfitrión desde la
llegada de don Pedro de Mendoza a las costas del “buen ayre” y siglos después,
en época patria, a partir de la legislación elaborada por el Primer Triunvirato
hasta este tercer milenio.
La idea en el siglo XIX era repoblar el país con
extranjeros. Es interesante comentar lo que escribió Oroño Nicasio: “Escritos y
discursos”. Ed. La Facultad. Bs.As 1920 refiriéndose a los habitantes nativos:
“…entre nosotros no debe olvidarse que existe en las campañas una población
desgraciada, poco simpática en general para la gente civilizada y con la cual
vamos conduciéndonos como la conquista cristiana con los salvajes, obligados a
llevar una vida nómade y hostil, porque no se ha acertado a hacerles partícipes
en la propiedad y posesión regular del terreno que les arrebataba la
superioridad de la raza europea”
“En nuestro entender es necesario arreglar las cosas de
manera que el gaucho pobre, padre de familia y que el inmigrante extranjero
deseoso de establecerse en estos países trayendo del suyo limitados o ningunos
recursos pecuniarios, encuentren acomodo, a la vez que una propiedad en que
puedan levantar techos y plantar árboles, cuyos abrigos sean suyos y
constituyan la herencia de sus hijos”.
Esta igualdad de posibilidades debería ser tomada en cuenta incluso
con los nuevos inmigrantes: coreanos, chinos, peruanos, bolivianos, paraguayos,
brasileños a quien en muchos casos sufren de discriminación.
No existen fronteras cerradas ni impermeables. Los pueblos
van y vienen. No hay culturas puras, se introducen usos y costumbres de otros
pueblos. Hay múltiples transferencias de bienes culturales. Pero siempre hay un
remanente propio, siempre los pueblos de alguna forma tratan de salvaguardar
sus originalidades.
El presente
En realidad los desplazamientos poblacionales siempre
existieron. En la actualidad las
“migraciones tienden a aumentar a medida que nos acercamos al presente por la
diversidad de oportunidades, la disminución de obstáculos y los transportes
variados” pero también los sucesos mundiales están expulsando constantemente
personas complicando a los lugares de recepción” (Bolsi Alfredo).
Cada año, 6 millones de personas abandonan su patria en
busca de alimentos o trabajo. Pero el Primer mundo cierra sus puertas y los
recibe con represión y xenofobia.
Es el fenómeno social más grave de estas décadas.
Hay muchas tragedias. Por ejemplo la de 1996 cuando 300
africanos permanecieron casi 50 días encerrados en la iglesia parisiense de
Saint Bernard hasta que fueron expulsados por la policía con gases lacrimógenos
y golpes. Provenientes de Malí, eran inmigrantes indocumentados.
Bárbara Hines, especialista en derecho inmigratorio instala
el término de “Fronteras porosas” en especial en la frontera sur de EEUU donde
los mexicanos la atraviesan aun a riesgo de su propia vida. Las estrictas leyes
inmigratorias norteamericanas, respaldadas con severos controles fronterizos,
han hecho que algunos mexicanos apelen a los métodos más insólitos para cruzar
la frontera e ingresar ilegalmente a los EEUU. Centenares de mexicanos han
muerto escondidos en camiones, en
contenedores, cavando túneles por debajo de la línea fronteriza o directamente
a pie por las zonas desérticas.
Si miramos a Europa vemos que España recibe constantemente
emigrados de Marruecos, Argelia y de la parte pobre de los países negros.
Guineanos, kenianos, liberianos que huyen de la miseria y las guerras civiles.
Estos inmigrantes suelen llegar a las costas españolas en todo tipo de
embarcaciones prefabricadas, denominadas “pateras”. Al comienzo fueron
aceptados a regañadientes, pero ahora se los detiene y reenvía a sus países de
origen. Desde 1991 una segunda ley de extranjería reforzó estas medidas
discriminatorias contra “sudacas” y africanos (que imponía restricciones de
acuerdo a los dictados de la Europa unida).
Lejos quedó esa imagen, tantas veces vista, de nuestros abuelos europeos
hacinados en la cubierta de un barco apretando contra sí sus pobres
pertenencias pero con la esperanza burilada en la mirada. O la película
“Carlitos inmigrante” símbolo de los millones de europeos que llegaron a
América a principios de siglo, cuando los pobres eran bienvenidos.
El Éxodo del Tercer
Milenio
Ya existen los primeros refugiados climáticos
Donatien Garnier
advierte sobre este tema: ”El 9 de marzo de 2007 los dirigentes europeos
acordaron una estrategia global de lucha contra el recalentamiento climático,
poniéndose como objetivo la utilización del 20% de las energías renovables en
2020…Las consecuencias de la alteración del medio ambiente podrían llevar a
decenas de millones de personas a abandonar su tierra y emigrar. Un país como
Bangladesh ya está afectado. La ONU expresa que los países “que disponen de más
territorios van a tener que cambiar su política migratoria…” y los anuncios de
este planeta siguen. Salinización creciente, aumento del nivel del océano
elevación de la temperatura del agua y de la atmósfera, etc. Etc.. ¿Irse?
¿Adónde? Lo estará pensando la ACNUR (Agencia para las Naciones Unidas para los
Refugiados).
La Mafia empuja al hombre hacia destinos trágicos.
Un informe del Departamento de Justicia de los EEUU identificó por lo
menos seis organizaciones mundiales dedicadas al tráfico de personas desde
Asia, Europa, África, América Latina y el Caribe y ligadas al narcotráfico,
lavado de dinero, prostitución y tráfico de niños. Conectados con grupos
mafiosos de los EEUU constituyen una verdadera industria que abarca cadenas de
hoteles, compañías de viajes, taxistas, policías locales y federales…”.
Todo un sinfín de desplazamientos delictivos.
También se tienen que mover los exiliados por cuestiones
políticas.
Europa recibió una primera oleada en los agitados años 70,
cuando masivamente llegaron refugiados políticos y económicos del Cono Sur, en
general de alta calificación profesional. Se calcula que fueron unos 150.000
argentinos, 10.000 uruguayos, 10.000 chilenos y otros 50 brasileños,
colombianos, peruanos, bolivianos y venezolanos. Y si en los 70 la emigración
era producto de los regímenes militares, en los 80/90 es hija de los modelos
neoliberales.
Y siguen los desplazamientos.
El argentino Carlos Ulanovsky en su libro “Seamos felices
mientras estamos aquí” escribe acerca de su exilio en México en los años de
plomo y de su extrañeza “Creo que desde que nuestros abuelos, padres o
bisabuelos iniciaron, a veces sin saberlo, sus experiencias de exilio, la
ciudad de uno debería ser aquella en la que uno puede vivir, en donde lo
dejan…”.
Coincido con el mejicano Edgar Cortez quien expresa que “Es
necesario que tomemos conciencia de que la migración es un fenómeno
irreversible y que entonces no se trata de intentar detenerla sino de generar
condiciones adecuadas y seguras para que las personas puedan migrar”.
Migrar, irse, huir, salvar la vida, miedo, hambre, ilusión,
ambición, sobrevivencia ¿qué conlleva el sello de inmigrante?.
De cualquier manera buscando el lugar en el mundo |
Inmigrantes italianos de Tres Arroyos que trabajaron y lograron instalar un negocio de carpintería. |
Esperarando el momento de la partida |
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