EL SEÑOR TECNOLOGÍA
ESCRIBE STELLA MARIS GIL
Freedy era un estudioso de las creaciones tecnológicas que
la mente humana iba generando a través del tiempo y sobre todo en las últimas
décadas del siglo XX y la primera del XXI.
En su mesa de noche los libros técnicos eran parte de sus
lecturas. Estudiaba y estudiaba, pensaba y creaba. Buscaba siempre la
aplicación práctica, la utilidad.
En su enorme taller de Saenz Peña y Sargento Cabral pasaba parte
de sus días, armaba televisores, reparaba artefactos, siempre atento a las
últimas novedades que el mercado internacional ofrecía.
Su hijo Ariel acota:
“Mi viejo era tecnología pura…todos los hermanos nos criamos entre los cables”
Había nacido en 1937. Descendiente de inmigrantes alemanes,
su infancia transcurrió en el campo, en
La Carlota, hasta que la familia tuvo que dejar el campo y debió empezar a
trabajar para ayudarla, a pesar de sus 12 años, causa que luego le impidió
completar sus estudios en la Escuela Industrial.
Con Mirta Iberlucía formó su hogar, tuvo sus hijos, disfrutó
de sus amigos y su querido mar, allá en Claromecó.
No fue indiferente a las necesidades de la comunidad. Estaba
inserto en los problemas cotidianos y allí acudía cuando lo requerían o cuando
se enteraba de que alguien tenía dificultades.
Un 17 de agosto
Fredy era un devoto cristiano, llegó a ser Apóstol de la
iglesia de la Religión Cristiana Argentina, cuyo templo está en Pellegrini 450.
Un 17 de agosto partió a las 5 de la mañana para Temperley
en colectivo, con un grupo de fieles, como eran muchos agregaron dos combis más.
Era un fin de semana largo, con Feria nacional de Artesanos,
festejos en honor de San Roque. En Rosario actuaban Les Luthiers y en Tres Arroyos
lo hacían Enrique Dumas y Silvio Soldán
con el espectáculo “Las estrellas del tango” en el Teatro Municipal. Ulises
Sanguinetti lograba el subcampeonato
nacional de media maratón y el tandilense Del Potro sumaba 19 victorias internacionales
en fila.
La gente del campo se preparaba para retomar sus protestas
junto a las rutas a raíz de la Resolución N° 125 y más allá de todo, el mundo seguía
andando con enfrentamientos, invasiones y apetencias imperialistas. Rusia
abandonaba su invasión en Georgia a pedido de la Unión Europea pero no sacaba
sus tropas de allí.
Fue en ese día, que el colectivo, con los fieles de la
Iglesia, se incendia en la ruta nacional N° 3, en las inmediaciones de la
ciudad de San Miguel del Monte y fue también en ese momento donde se pudo
apreciar la dimensión de un hombre.
Fredy no se bajó del infierno en que se convirtió el
ómnibus, se dedicó a ayudar a los
pasajeros para que bajaran rápidamente y salvaran sus vidas, uno a uno. Salvó a
diez personas en total. Semiasfixiado cae en el pasillo y muere calcinado.
Corría el año 2008 y la ciudad perdió uno de sus hacedores.
Los caminos
tecnológicos
Y sin embargo los caminos que hizo en el mundo de la
electrónica y en el de su vida personal no se perdieron.
Para muestra tenemos el armado de los famosos tubos
fluorescentes Por ser un estudioso de todo lo nuevo, fueron una de sus primeras
experiencias técnico-comerciales .
El invento surgido en Estados Unidos fue patentado en
1927 y adquirido después por la General
Electric quien lo sacó al mundo comercial en 1938. En Tres Arroyos Freedy
prestó su atención a ellos.
Su hijo dice “eran algo novedosos y papá llegó
a armarlos aquí , a ensamblarlos, a ponerles el gas”. El
camino de las comunicaciones. “Inventó un sistema de comunicación por
radioteléfonos que después se convirtió en una Central. Estaba en el edificio
Cosmos en la parte Sur. Mezclaba un transmisor con un teléfono y de esa manera
lograba que se comunicaran desde el medio del campo a un teléfono fijo” o entre
las lanchas pesqueras y desde ellas también a la costa. Durante el proceso
cívico-militar iniciado en 1976 fue clausurada por fuerzas llegadas desde Bahía
Blanca. Entre tantas intromisiones atacaron las comunicaciones porque era una vía
de intercambio de ideas. “Mi viejo no lo usaba con ese sentido, le cerraron La Central
de comunicaciones, tenía tres empleados, un lío grande”. Finalmente pudo
demostrar que no era subversivo “y recuperó la licencia para trabajar como
radiocomunicador”. La Central pudo seguir en funcionamiento. Junto con Ballone
actualizaron el sistema hasta la llegada de los celulares que utilizó de inmediato. El sistema de
radioteléfonos ya no tenía sentido y no
fue indiferente a su practicidad.
“- ¡Atento Central!.
¡Atento Central!” y/o “-¡Habla fulano de tal del campo tal!”. Las voces se
acallaron y Freddy siguió nuevos rumbos.
El camino de la
televisión: No es el objetivo de este artículo hacer una historia de la
televisión en Tres Arroyos, pero sí lo es, reconocer la intervención de Freedy
en la misma.
Era un apasionado de las imágenes y trasmisor de saberes, lo
atestigua su hijo Ariel que es “el primer camarógrafo de un canal de TV en Tres
Arroyos” para quien su padre fue como un maestro.
Freedy intentó abrir un Canal de aire que iba a ser el
primero en la región, repitiendo Canal 9 de Bahía Blanca e incorporándole
programación local. Lo iba a hacer junto a otros socios. Nunca pudieron salir
al aire. Fue una inversión fallida.
Cuando se instaló Tel3, la Repetidora local, en la década
del ´60 se hizo cargo de ella. Incansable, atendía los envíos del Canal 7 de
Bahía Blanca que permitía a los vecinos ver sus programaciones. Instaló la
antena y “después le hacía el mantenimiento casi a diario en Irene…o sea si se
cortaba el canal en medio de la noche”
tenía que ir a arreglarlo sea la hora que fuera.
Instaló los primeros canales satelitales que se veían en la
región: en Claromecó, Oriente, la Cooperativa de San Francisco de Bellocq, etc.
Eran unas antenas muy altas con una especie de parrilla arriba. Algunas todavía
quedan. Dice Aymonino que fueron anteriores a la repetidora y que según el tiempo
se podía mirar Canales de Mar del Plata o de Bahía Blanca...de acuerdo al
tiempo.
Tuvo mucho que ver con el inicio de Canal 2, Televisora
Color de Tres Arroyos. Fue en 1984 junto
a inversores económicamente fuertes de la ciudad, los hermanos Antonio y Alberto
Maciel y los Fossati, entre otros. Aportó sus conocimientos técnicos que comenzó
a aplicar dos años antes de la salida al aire. Arrancaron en la calle Falucho
650 hasta el año 1996 en que lo compró Multicanal. Fue el primer videocable de
Tres Arroyos.
El camino del
comercio: “Fabricaba los TV, no los compraba, compraba las piezas, los
tubos todos los componentes y los fabricaba con un soldador y estaño”. Todo lo
hacía en su taller “avanzadísimo para la época, tenía sistema de iluminación,
botonera electrónica, todo inventado por él”. Atendía junto a su esposa a los
compradores. Algunos dicen “-todavía anda el Televisor que me vendió Freedy
Wolfram-”. Era la época de las válvulas, aun no se usaban los transistores. Se
veía en blanco y negro
Dice Ariel que “el primer TV color de Tres Arroyos lo tuvimos nosotros
porque mi padre viajó con los directivos de La Voz del Pueblo a Estados Unidos
como técnico asesor”y de allí lo trajo para la familia.
El camino del
Parque Industrial: también lo tuvo realizando instalaciones necesarias
para su mejor marcha. No pudo terminar su obra a raíz de la muerte. Pero se lo
recuerda con mucho afecto, por su eficiencia, inventiva y además su habilidad para
la reutilización del material que allí
había y evitar mayores compras, reduciendo los gastos.
El camino de La
Voz del Pueblo “Su relación con el diario había comenzado allá por la
década del 70, en los tiempos de los linotipos y la tecnología del plomo,
realizando diversas tareas referentes a la parte electrónica como la recepción
de noticias y radiofotos, antes de que se generalizara la utilización de
satélites”.
“Cuando la transformación tecnológica tornó imperante la
necesidad de modernizarse, Alberto y Antonio Maciel (padres) lo contrataron
para instalar el sistema computarizado”. (Diario La Voz del Pueblo 18/8/2008).
Viajó con ellos, como indicamos anteriormente, como técnico asesor y así siguió
siempre presto para guiar, ejecutar y
atender a todos con su bonhomía y esa mirada penetrante de sus ojos azules.
Dejó rastros
Lo hizo en su vida doméstica donde estaba siempre buscando
elementos que le dieran más confort a su familia.
Lo hizo en la comunidad, ayudando al Hogar del Niño del Ejército de Salvación. También
en su paso por el Rotary.
Cuando veía carencias
humanas, ahí estaba presente, como fue el invento motivado por la presencia de un
niño sordomudo que siempre llamaba a su puerta para pedir limosna. No solo lo
ayudó en sus necesidades básicas sino que al darse cuenta que el muchacho no
era sordo se puso a buscar la solución para ese problema. Y ahí surgió el
invento: un aparato que le iba a permitir oir sonidos. Tiempo después lo dio a
la Escuela 502. ¿Dónde estará aquel niño zarco con un mechón blanco en la
cabeza?.
Freddy era muy reservado pero sus palabras eran indicadoras
de una sensibilidad especial. A sus hijos le decía: “Ustedes pueden saber mucho
o poco, no importa, lo que importa es que lo que hagan, lo hagan con amor”.
Él lo hizo así. Freedy Wolfram fue un verdadero lujo para
sus compueblanos.
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